domingo, 21 de noviembre de 2010

Elección Capítulo 18

-¿Y ahora que pasa? Por favor otra vez los celos no…
-Sí, lo que dice Margot, podía haber sido verdad, y todavía lo puede serlo.
-No lo será, ¿cuántas veces te tengo que repetir que yo solo te quiero a ti?
-No servirá de nada, todavía puedes sentir algo por él, llevas muy poco tiempo aquí, en cuanto lleves más…
-No Dylan, aunque me dejes, solo lo veo como un amigo, como nada más.
-Yo nunca te dejaría, lo sabes de sobra.
-¿Y porque tu no me crees y yo a ti si?
-Porque me parece imposible que sientas algo por mi.
-Pues créetelo.- dije cogiéndole de las manos para levantarle de la roca. No hubiera podido levantarle yo sola si él no hubiera puesto un poco de su parte. Se acercó a mí, él me rodeó la cintura, yo le rodeé el cuello con los brazos y le besé. Me daba igual que Margot posiblemente nos estuviera mirando, me daba igual que hubiese muchísima gente alrededor, sabía que él lo necesitaba.- ¿Necesitas más pruebas?
-A lo mejor no me vendrían mal unas cuantas más…- dijo volviéndome a besar. Nos apartamos cuando oímos la tos de Margot, tal y como había hecho Dylan aquella tarde cuando los pillamos.
-Vamos parejita, creo que va siendo hora de irnos a casa.
-Vale.
Habíamos llegado a casa cuando descubrí que Marcos todavía seguía hay, y no había cogido el camino de todos los días.
-¿Tú también te quedas Marcos?
-Claro que se queda, no me iba a quedar yo sola de vuestro sujetavelas.
-Lo comprendo. Imagino que ya conocerás la casa ¿no Dylan?
-Vine ayer.- yo me quedé sorprendida, vino ayer y nadie me había dicho nada.
-Tú lo sabías- acusé a Margot
-Claro, yo le dije que viniera hoy, pero el quiso venir ayer, por eso le dije a Olivia que te quedaras a dormir en su casa.
-¿Pero porque no me lo dijiste?
-Créeme, era mejor que le vieras hoy, ¿pero que más te da? Le ibas a ver igual.
-Hay lleva razón, el caso es que ahora estamos juntos, y lo demás no importa.
-Bueno pues os podéis instalar donde queráis para pasar la noche, hay 2 habitaciones que sobran, y son bastante grandes…- pero yo arrastré a Dylan escaleras arriba hasta mi habitación. Me tumbé en la cama y el se tumbó a mi lado.
-¿Bueno y que quieres que hagamos ahora?-me preguntó Dylan.
-Yo… me voy a cambiar, ahora vengo.
Fui al baño que había en mi habitación, me puse el pijama, me hice una coleta, como todas las noches y volví a tumbarme al lado de Dylan, apoyando la cabeza en su hombro.
-Estás muy guapa.
-No mientas- dije ligeramente ruborizada.
-Es la verdad, para mi estarás guapa aunque te vistas con un saco de patatas.- Entonces le abracé y me empecé a adormilar. No me había dado tiempo a dormirme cuando sentí que separaba uno de mis brazos, así que le volví a apretar a su alrededor con fuerza.
-No te vayas- dije en un susurro.
-Vale, pero duérmete.- y esta vez se quedó en la cama y os arropó a los dos con el edredón.
Caí en un profundo sueño, pero esta vez volví a soñar con aquello que me atormentaba algunas noches. Esta vez había más detalles, estábamos en mi casa, y estaba llena de adornos, ¿qué quería decir eso? Pero pronto el sueño se desvaneció y me desperté. Me empecé a mover buscando a Dylan, pero la cama estaba vacía. Abrí los ojos y allí estaba él, enfrente de la cama.
-Buenos días…
-Buenos días- dijo poniéndome una bandeja con el desayuno encima de la cama.
-¿Y esto?
-El desayuno. Lo he cocinado yo, Margot ya se comió su parte.
-Dylan no hace falta que te tomes tantas molestias…
-Tú te lo mereces, por eso lo hago.-dijo con una sonrisa.
Me comí todo el desayuno que estaba riquísimo, el mejor que comí en mi vida, y con la mejor compañía posible. El resto del fin de semana posiblemente fue el mejor de mi vida, pero al llegar el lunes volví a la realidad ,cada vez me quedaba menos tiempo. El despertador sonó a las 7, como siempre. Dylan estaba a mi lado, y le conseguí convencer para que no me volviera a llevar el desayuno a la cama, cuando había que madrugar era mejor que me levantara ha hacerlo yo. Me hice el desayuno, me vestí y me despedí de Dylan con un beso antes de irme.
-¿Entonces te gustó tu sorpresa?-dijo Margot de camino al instituto.
-Me encantó, enserio no se como podré agradecértelo algún día.
-No tienes porque agradecérmelo, era lo que necesitabas.
-Pero tú todavía sientes algo por él.
-Casi lo he olvidado, no te preocupes por ello.
En la primera clase del día, me tocó con Olivia, que notó mi cambio de actitud y enseguida me preguntó.
-¿Y esa felicidad tan repentina?
-¿De verdad que no lo sabes? Pensé que ya lo sabías.
-No, ¿qué pasa?
-Vino Dylan, arreglamos las cosas, y todo gracias a Margot.
-Así que se podría decir que estáis saliendo ¿no?
-Se podría decir.
-¿Llevaba o no llevaba razón?
-Sí, con todo. No cogía mis llamadas por celos de Alan, pero el tema ya está solucionado. Tampoco se lo quiero mencionar, no le sienta bien. Esta tarde quedamos y te le presento ¿vale?
-Vale.
Pero a la salida, como siempre, Alan me volvió a preguntar que si quedaba con él esa tarde. Pensé que si le decía la verdad, no se haría más ilusiones.
-¿Te vienes está tarde entonces?
-No, lo siento Alan, pero es que está Dylan aquí y solo se queda hasta el viernes, quiero aprovechar todo el tiempo que pueda estar con él.
-Dylan es…es tu…
-Mi novio, sí
-A vale, pues ya quedaremos.
-Vale.
-¿No has sido un poco dura con él?- dijo Olivia, que estuvo a mi lado durante toda la conversación.
-Merece saber lo que hay, no quiero que se haga ilusiones.
Esa tarde Olivia conoció a Dylan, no parecía que lo acabase de conocer hacía dos minutos, parecía que lo conociera de toda la vida, por la forma en la que hablaba con él. Para mi desgracia la semana pasó volando, y él viernes llego antes de lo esperado. Ese día estaba más decaída que el resto, por lo que los demás pudieron suponer el motivo. Por la tarde Margot y yo llevamos a Dylan al aeropuerto, y Margot me dejó para que me despidiera de él.
-No quiero que te vayas- le dije mientras le abrazaba.
-Yo tampoco quiero irme, pero es lo que tengo que hacer, encontraremos la forma de estar juntos ya verás.- dijo apretándome con fuerza.- Vendré a visitarte, te lo prometo.
-Yo también lo intentaré.- Nos apartamos un poco para poder mirarnos a los ojos, que era lo único que nos hacía falta para expresarlo todo. Me besó, no como si fuera una despedida, si no como un hasta luego.
-Te quiero- susurré.
-Y yo.
Entonces le dejé ir, mientras veía como desaparecía entre el bullicio, volví con Margot.

1 comentario:

  1. Dios me encantaaa ! que pena que se haya ido dylaan yaa :( Bueno haber que pasa en el siguiente capitulo.. lo espero pronto :) Un beso

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