domingo, 30 de enero de 2011

Nueva Historia Dificil Decisión (Zoo de Letras)

Bueno, para los que no esteis enterados, mi Sister y yo hemos decidido hacer un blog juntas y estamos subiendo una historia titulada difícil decisión, con esto os invito a que os paseis y os hagais seguidores, porque además subiremos muchas más cosas de interés para todos. Esperamos que os guste, y aquí os dejo el blog:
http://zoodeletras.blogspot.com/

Elección Capítulo 31

Llegué a la puerta de la habitación y abrí con cuidado. Margot estaba allí encima de la cama con la mirada perdida. Me senté a su lado en la cama, me miró, me abrazó y comenzó a llorar desconsoladamente. La dejé que se desahogara, y al cabo de un rato paró de llorar.
-¿Qué ha pasado?
-Pues…todo. Ahora Scarlet va a por Marcos, y bueno, si a eso le sumas que se piensa que le engañó con Alan… Y yo no puedo más y hemos roto, creo que es lo mejor.
-¿Qué?
-Las cosas no iban bien estos últimos días, Scarlet intenta seducirle, y sé que con ella no va a pasar malos ratos, es como él.
-¿Y qué tendrá que ver eso? Vosotros os queréis.
-No estoy segura de que el sentimiento sea mutuo.
-Es que tú ya no…
-No es por mí, si lo que me vas a preguntar es que si tengo algo con Alan la respuesta es no, solo le ayudo, es que… le gusta Zoe, y no sabe como declararse.
-¿Y por qué no se lo explicas a Marcos?
-Porque no se va a creer que sea así, y pues… he pensado que lo mejor es que lo dejásemos, así él podrá ser feliz.
-Si crees que va a ser feliz estas muy equivocada, ha bajado y está fatal, se le ve en la cara.
-En unos días se le pasará.
-¿Y a ti?
-No lo se, lo superaré. No te preocupes por mi más, bájate con Dylan.
-Solo si bajas tú conmigo.
-Déjame que al menos me lave la cara, no quiero que me vea así.- fue al baño y al cabo de un rato vino y bajamos. Dylan estaba allí, dónde lo dejé la última vez, pero Marcos había desaparecido.
-¿Y Marcos?- le pregunté tan bajito que estuve casi segura de que Margot no me oiría.
-Se fue, no se exactamente dónde ha ido, ¿Qué a pasado?
-Han roto, por Scarlet y un par de malentendidos.
-Marcos está destrozado, no ha querido decirme nada más que rompió con él ¿y ella?
-Está fatal, quiere olvidarlo para que él sea feliz con otra.- nuestros murmullos habían pasado desapercibidos, pero se notaba que hablábamos.
-¿Qué susurráis por ahí?- preguntó Margot
-Nada, lo mucho que la quiero.- mintió, pero luego susurró en más bajito para que solo yo escuchara.- Y técnicamente no es una mentira.
-Yo te quiero más.- susurré igual de bajito.
-Dudo que eso sea posible.
-Pues lo es.- nuestros rostros estaban muy cerca, estábamos a punto de besarnos, pero sabíamos que no era el momento.
Los días siguientes Margot y Marcos seguían igual, bajaban con nosotros por las tardes, como siempre, pero no se dirigían la palabra. Dylan y yo intentábamos no mostrarnos muy cariñosos delante de ellos, sabíamos lo que se sentía. Desde que sucedió esto apenas estábamos solos un momento, nos molestaba, pero hacíamos todo lo posible por ayudar a nuestros amigos.
El sábado, Iker me despertó por la mañana en cuanto estuvo el desayuno, en cuanto desayunamos, bajamos al recuento y fuimos a entrenar como todos los días, la misma monotonía de siempre. Esa tarde, Diego subió a mi habitación, quería que practicara más, últimamente no daba pie con bola, así que esa tarde entrenaría con él. Otros días ya había entrenado con los demás y hoy me tocaba a mí.
Me tiré todas mis horas libres practicando, pero no podía hacer otra cosa. Cuándo terminé subí a mi habitación, me sorprendió ver que Iker no estaba, a lo mejor vendría más tarde. Me tomé mi cena y me fui a duchar. Salí de la ducha, me tape con la toalla, me sequé el pelo con otra y fui a la habitación para vestirme. Allí, de pie, apoyado en la puerta estaba Dylan.
-¿Qué haces aquí ahora?- le pregunté incrédula, él nunca venía a mi habitación a estas horas.
-Te echaba de menos, no te e visto en todo el día...- dijo acercándose a mi rodeándome la cintura mientras me besaba.
-Espera al menos a que me vista ¿no?- dije separándome un poco
-No, así estás perfecta.- dijo volviéndome a besar. Yo enrosqué mis brazos en su cuello mientras el me acariciaba la espalda, todavía cubierta por la toalla. Soltó mis labios para seguir bajando por mi cuello.
-Espera.- susurré, sabía el rumbo que iba a tomar esto.
-¿Qué pasa?- preguntó mientras se alejaba ligeramente de mí.
-En cualquier momento vendrá Iker…
-Por eso no te preocupes, no vendrá en toda la noche, le dije que se podía quedar en mi cama.
-Así que…
-Estamos solos, por fin.- susurró volviéndome a besar.
Pero esta vez no fue un beso lento, fue más apasionado, yo me dejé llevar, estaba preparada. Mi toalla calló al suelo mientras que él se quitaba su camiseta, que me dejó ver su perfecto cuerpo, y así continuamos hasta llegar a la cama, dejándonos llevar por lo que sentíamos.

Me desperté ante el suave tacto de los labios de Dylan en mi cuello. Había dormido abrazada a él, y me sonrojé ante el recuerdo de lo sucedido la noche anterior.
-Buenos días…- me susurró.
-Buenos días.- dije besándole.
-¿Qué tal has dormido?- me preguntó
-Mejor que bien.- dije abrazándole más fuerte todavía.
-Me tiraría toda la vida así contigo, como estamos ahora, pero hay que desayunar.- dijo tendiéndome la bandeja del desayuno y cogiendo el su bolsa de sangre.
-Cinco minutitos más…- le supliqué dándole un beso al que él no pudo resistirse.
-Venga, desayuna ya, que como sigamos así no bajamos nunca.
Me tomé todo el desayuno y sonó el brazalete, ambos nos vestimos para bajar en cuanto antes. No podíamos ocultar nuestra felicidad, bajamos agarrados de la mano al recuento. Me entristecía la idea de que no todos estuvieran tan felices como nosotros, al final Margot y Marcos lo tendrían que arreglar. Dylan y yo estuvimos todo el entrenamiento distraídos, pero al menos Diego no nos mandó entrenamientos extra. En las horas libres Marcos no vino con nosotros.
-¿Y Marcos?- preguntó Margot intentando no sonar preocupada.
-No quería bajar… Se ha quedado arriba, la verdad es que no tenía buen aspecto.- dijo Dylan, entonces Margot se fue corriendo, con lágrimas en los ojos, a algún lugar dónde nadie la viera llorar. Me levanté para seguirla y Dylan vino detrás de mí.
-Venga ya pasó…- dije cuando la encontramos mientras la abrazaba.
-No, no a pasado, pensé que dejarle era lo mejor, pero a mi no me ha solucionado nada…
-¿Entonces por qué no lo habláis?- preguntó Dylan.
-Porque yo quería que él fuera feliz.
-No va a ser feliz si no está contigo, y creo que tú tampoco.
-¿Acaso importa mucho que yo sea feliz?
-Sí, porque si tú no eres feliz él tampoco, y fijaos como estáis los dos. No podéis estar mal sin herir al otro, no quiere hacer su vida con otra, Margot.
-Pero puede perfectamente rehacerla.
-Margot, no quiere estar sin ti, está fatal, lleva dos días sin probar la sangre, cada vez está más débil.
-Y… ¿por qué hace eso?
-Piensa, está demasiado deprimido, últimamente nada le merece la pena.- ante eso Margot solo pudo llorar más.
-Creo… creo que debería hablar con él.- dijo secándose los ojos con el dorso de la mano.
-Y solucionarlo.- concluyó Dylan.
Ayudamos a Margot a levantarse e hicimos que subiera a la habitación, mientras nosotros nos quedamos fuera, intentando escuchar la conversación.

sábado, 22 de enero de 2011

Elección Capítulo 30

Dylan llegó por mi espalda, se sentó y me agarró por la cintura para así sentarme encima de él, mientras que Marcos y Margot se daban un beso corto ante la mirada de preocupación de Margot.
-¿Qué tal princesa?- me susurró al oído.
-¿Cómo crees?- dije girándome para estar cara a cara con él.- ¿Qué quería Diego?
-Nada que deba preocuparte, solo hablar con nosotros, ¿verdad Marcos?
-Verdad.
Yo sabía que no nos querían contar lo que les había dicho, que nos ocultaban la verdad.
-¿Por qué no nos lo queréis contar?
-Porque no es nada importante.
-Algo tendrá que ser, solo os ha avisado a vosotros.- dijo Margot.
-No es verdad… Annie… Diego nos ha dicho que quería verte ahora, está en la sala principal.- dijo Marcos.
-¿Tú si nos lo contarás no?- pregunté
-Claro, ¿esperabas menos de mí?
-No.
Mientras se alejaba, los chicos intentaban cambiarnos de tema para distraernos.
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Me alejé para ir al encuentro con Diego, todavía no había olvidado lo que me había hecho, ahora no me podía matar, siempre que me bebiera ese frasquito color plata que me traían todas las mañanas con el desayuno. A pesar de ser inmortal, miré con miedo la sala, allí estaba él, me armé de valor y entré.
-Te estaba esperando…
-Lo sé, ¿qué querías?
-Hablar contigo.
-¿Seguro que no llevas el arma por ahí para volver a matarme? A no, ahora no puedes.- dije bastante cabreada. Ante esto solo el me enseñó las manos y dejó su varita en el suelo.
-¿Contenta?
-Mejor. ¿Que querías?
-Necesito tu ayuda.
-A no, eso si que no…- dije alejándome, pero me cogió del brazo.
-¿De verdad que no quieres saber para que es?
-No.- dije intentando soltarme
-Quiero escaparme de aquí tanto como tú, me ayudas y salimos todos.
-Dudo que lo quieras tanto como yo.
-Mira, estaba obligado ha hacerlo ¿vale? Tenía que traeros aquí, y cuando supe que eras humana tenía la obligación de matarte. Lo siento.
-No me lo puedo creer… ¿Tú pidiéndome perdón a mí?
-Sí, increíble pero cierto.
-Más de increíble que de cierto.
-¿Me vas a seguir llevando la contraria?
-Sí.
-¿Me vas a ayudar o no?
-¿Me ayudarás a salir de aquí?
-Te estoy diciendo que sí.
-Pues entonces te ayudo, ¿qué necesitas?
-Bien… ¿conoces a Kyle no? Está en tu habitación, es un inmortal también, es una de las personas que llevan esto. La única manera de salir de aquí es con su ayuda, tienes que hacer que se enamore de ti.
-¿Qué?
-Vale, se que te pido mucho, pero es la única vía de escape que hay.
-¿Pero no encantaste tu las vallas?
-No, ya estaban desde mucho antes de llegar yo, él es el que sabe el conjuro para huir. Al no tener magia, es el único que no podría usarlo para escapar. Tampoco tiene amigos, y por eso le usaron para guardarlo, si consigues que se enamore de ti te lo dará.
-¿Entonces me tengo que liar con él no?
-Sí.
-Esta bien, entonces tenemos un trato.
-Quedaremos después de los entrenamientos para informarnos.
-Vale, ¿me puedo ir ya?
-Sí…
No me despedí si quiera, en cuanto lo dijo me fui dónde estaban todos. Ahora les tendría que dar explicaciones, pero había una parte de mí que me decía que me tenía que callar algo.
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-Venga, relájate, no es nada serio.- me dijo Dylan acariciándome el cuello con su dedo índice.
-¿Cómo quieres que me relaje? Si no me lo dices es por algo.
-Porque lo prometí. Y dudo que Annie vaya a decirte algo.
-Ya verás como si.
Y en ese momento llegó Annie.
-Hola.
-¿Qué quería?- preguntamos Margot y yo a al vez.
-Que bien que me recibís… Tengo la forma para salir de aquí- dijo lo más bajito que pudo.
-¿Cuál?
-Eso creo que es mejor no contarlo, solo os digo eso.
En ese momento, Dylan y Marcos se miraron un poco preocupados, fuera lo que fuese lo que les había dicho Diego no me daba buena espina. Cuándo acabó el rato libre nos subimos todos a nuestras habitaciones y Dylan y yo nos detuvimos en la puerta de mi habitación.
-Vente conmigo…- me dijo Dylan mientras apoyaba un brazo en la pared.
-Prefiero no ir…- respondí. La verdad es que me moría de ganas por pasar la noche con Dylan, ya que la anterior no había sido como esperaba, la verdad es que no me quería cruzar con Scarlet.
-¿Por qué?- preguntó ligeramente extrañado.
-La verdad es que no quiero cruzarme con… ella, llamémosla así.
-Pero sabes que yo con ella no tengo nada…
-No es eso, es simplemente que prefiero no estar con ella en la misma habitación.
-O eso o que desconfías de mi…
-Te equivocas, me gustaría muchísimo pasar la noche contigo, pero no en la misma habitación que ella, así que…buenas noches.- iba a entrar en la habitación, pero me detuvo con un beso. Estuvimos hay un rato, besándonos, disfrutando el uno del otro, sin importarnos que nos estuviera viendo todo el mundo. Al cabo de un rato nos separamos.
-No puedo pasar una buena noche si no me despido de ti… Que duermas bien.-y me fui a mi habitación con una sonrisa en el rostro.
Estuve hablando un rato con Iker después de tomarnos la cena, luego ya agotados, nos fuimos cada uno a nuestra cama. Yo no me dormí hasta pasado un buen rato, me quedé pensando. Sí, me moría de ganas de pasar una noche con Dylan, pero no sabía si estaba preparada para algo más. Cada vez que estábamos juntos perdíamos el control, solo nos dejábamos llevar, quizás esa fuera la clave. Y me dormí pensando en aquello.
Los días siguientes fueron muy normales, las cosas con Dylan me iban mejor que nunca, el tema de Scarlet estaba casi olvidado. Pero no les iba igual de bien a todos, era viernes por la tarde, como siempre quedábamos en el patio, enfrente de la puerta, pero ese día Margot no bajaba. Desde que Annie tuvo la conversación con Diego llegaba todos los días tarde, pero Margot solía ser muy puntual, y venía siempre acompañada de Marcos. Yo estaba sentada sobre Dylan, como hacía habitualmente, cuando vimos llegar a Marcos sin Margot, y no precisamente bien. Llegó, se sentó enfrente de nosotros y enterró la cara en sus manos. Dylan y yo nos miramos alarmados.
-Marcos… ¿estás bien?- le preguntó Dylan. Ante esto, el solo pudo mirarle, no estaba nada bien, y ambos sabíamos el motivo.
-¿Dónde está?- le pregunté yo.
-Arriba.
-Voy a ver que a pasado, te dejo con él.
Yo entré al edificio y subí las escaleras, mientras, dejé a Dylan con Marcos.

martes, 18 de enero de 2011

Elección Capítulo 29

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Iba hablando con Marcos del tema surgido la noche anterior con Scarlet, todavía no sabía si me dejaría explicarme. De repente ambos escuchamos a alguien pedir ayuda.
-Es Margot, corre.- Fuimos todo lo rápido que pudimos, él por su novia, y yo por Allison, que se había ido con ella la última vez que la vi. Llegamos en cuestión de segundos, estaban a un lado de la escalera, Margot sujetaba a Allison, que yacía inconsciente en sus brazos.
-¿Qué la ha pasado?-dije alarmado.
-Pensaba que te había pasado algo a ti.- le dijo Marcos a Margot aliviado, los dos le lanzamos una mirada con la que lo comprendió todo.-Esto… ¿Qué la a pasado?
-Pues íbamos hablando tranquilamente y de repente se desmayó, antes de que cayera al suelo la cogí. En cuanto salimos del entrenamiento iba tambaleándose.
-¿Se ha tomado el desayuno?
-Me ha dicho que sí.
-Mejor vayamos a comprobarlo. La llevo yo.- le dije a Margot mientras cogía a Allison en brazos. Subimos las escaleras todo lo deprisa que podíamos, Marcos fue a nuestra habitación haber si se había tomado el desayuno y yo fui, con Margot, a su habitación y la deposité en su cama. Al poco tiempo vino Marcos una bandeja llena en la mano.
-No se lo comió.
-Pues a mi me dijo que si se lo había tomado, la debe de haber dado un bajón de azúcar o algo.
-¿Y que podemos hacer?- le pregunté angustiado.
-Esperar a que se despierte, en cuanto esté despierta dala el zumo lo primero, y luego que se tome el resto. Yo… me voy un rato, os dejaré a solas por si despierta.
-¿Pero y si no me quiere escuchar?- pero Margot ya no respondió y salió con Marcos por la puerta. Se les veía felices, probablemente la noche anterior les fue mejor que a mi. Cogí la mano de Allison, ahora no me la iba a apartar. Quería probar la mejor manera de disculparme, pero no me iba a querer escuchar, que no me hubiese apartado la mirada antes no significaba nada. Mientras pensaba eso, al poco tiempo, sentí como la mano que estaba sujetando presionaba la mía, se estaba despertando.
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Me desperté sin saber dónde estaba. Ahora sentía una mano sujetando la mía, un tacto muy familiar. No me aparté de ella, la apreté con más fuerza. Abrí los ojos, allí estaba él, mirándome preocupado, con una cara aún peor que la de esta mañana. En ese momento no me importaba dónde estuviéramos, sabía lo que tenía que hacer.
-Yo…- intenté disculparme, pero él me cortó.
-Sé que no quieres verme, me iré en cuanto vea que hayas desayunado.- dijo soltando mi mano y alcanzándome el zumo que esa mañana había dejado.- Bébetelo, te ha dado un bajón de azúcar, ahora necesitas reponerte, te sentirás mejor en cuanto comas algo.
Me incorporé, me bebí el vaso de zumo y me tomé el resto del desayuno sin rechistar, mientras Dylan no paraba de mirarme. No quería que se fuera, pero tenía la ligera sensación de que si me lo tomaba estaría más tranquilo. De vez en cuando, cuando mi mirada se encontraba con la suya la apartaba casi al instante, quizá fuera demasiado tarde para disculparme.
-Bueno, lo prometido es deuda, me voy, enseguida le diré a Margot que venga.- dijo cuando me terminé la bolsa de sangre. Se levantó, pero yo cogí su mano intentando impedir que se marchara, y él se giró.
-No te vayas…- le pedí
-Creía que no querías verme, ni escucharme.
-Yo… Lo siento, siento no haberte escuchado desde un principio, siento… los desprecios de esta mañana, lo siento todo. Por que tú confiaste en mi cuando Alan me besó, me escuchaste, y yo no lo he hecho… Siento haber sido tan egoísta. Si hubieras sido tú quién besó a Scarlet te diría que me daría igual, pero en realidad no es así, no quiero mentirte, si crees que puedes ser feliz con ella…- pero no pude continuar, la sola idea de pensarlo dolía demasiado. Dylan se me quedó mirando fijamente, evaluando mi expresión, y se sentó a mi lado en la cama, pocos centímetros nos separaban, esa distancia que me gustaría que no existiera.
-Yo no la besé, fue ella, debí de haberla visto venir. Aún así, me duele que no confíes en mí, que no me quisieras escuchar.
-Estaba demasiado dolida, de verdad que lo siento, no volveré a desconfiar de ti. Solo lo he hecho porque te quiero demasiado, me duele solo la idea de perderte.
-Te quiero, nadie va a poder cambiar eso.- Y entonces, sin verle venir me besó de forma muy tierna. Seguí el beso, mientras nuestras lenguas se entrelazaban y se convertía en un beso más urgente. Nuestros cuerpos habían roto los pocos centímetros que les separaban y ahora estaban pegados, solo separados por la ropa. Enredé mis brazos en su cuello, intentando atraerlo más contra mí. Pero en ese momento, alguien irrumpió en la habitación.
-Me había parecido oír que ya estabas despierta…-dijo Margot, entonces Dylan se separó de mí.-Bueno…yo… me voy, lo siento, os dejo solos.- y cerró la puerta detrás de ella.
-Eso es que me perdonas ¿no?- dije todavía con la respiración agitada
-¿Te hace falta otra confirmación?- Y volvió a besarme, peor esta vez fue un beso corto, demasiado.- No soporto estar mal contigo, ya te echaba de menos.
-Pero si hemos pasado menos de un día así…
-Me sigue pareciendo mucho. ¿Crees que algún día podremos estar solos, sin que nadie nos interrumpa?
Pero volvieron a entrar en la habitación, era Iker.
-Creo que no.
-¿Interrumpo algo?- preguntó
-No nada, ya me iba- respondió Dylan, luego le vería, como cada tarde.
-Vale.- y salió de la habitación dejándome con Iker.
-¿Con que ya lo habéis arreglado no?
-Sí, no nos hacía bien estar cabreados.
-¿Y porque se supone que te has desmayado?
-Las noticias vuelan por lo que veo.
-Es un sitio pequeño, es lo más lógico.
-No desayuné, y a causa del entrenamiento… debí debilitarme.
-Solo se te ocurre a ti.
-No tenía hambre, ¿qué quieres que haga?
-Pensar.- ambos nos reímos ante esa respuesta.- Bueno, yo no quería interrumpiros vuestro momento de reconciliación… Lo siento de verdad.
-No te preocupes, ya vino Margot antes que tú.
-Me alegra no ser el primero.
-Ni el último ya verás. No tenemos ninguna intimidad desde que llegamos aquí.
-No eres la única. Somos demasiados y muy poco espacio, no se puede hacer otra cosa.
Seguimos hablando hasta que nos llevaron la comida. Iker estuvo muy pendiente de que me la tomara toda. Por la tarde bajamos como todos los días al patio, y nos reunimos con todos, esta vez nadie se escabulló. Más tarde, a pesar de estar en nuestras horas libres, Diego llamó a los chicos y se los llevó. No me daba buena espina, intenté retener a Dylan para que no fuera, pero me fue imposible, así que nos quedamos las chicas, preocupadas, intentando distraernos.
-¡Qué bien que al final lo arreglasteis!- dijo Annie emocionada.- Es tan bonito el amor…
-¿Todavía no lo has encontrado?
-No, y como sigamos aquí lo llevo crudo, creo que tú y Margot sois las únicas que habéis encontrado el amor.
-Se puede encontrar, pero que él no sienta lo mismo….- dijo Nicole.
-¿Cómo? Así que…
-¡Hay alguien!- exclamó Annie, siempre emocionada por nuevas noticias- Cuéntanoslo todo.
-Bueno, cuando discutieron Allison y Dylan, también vino a la habitación su compañero. Es un chico encantador, estuvimos hablando antes de que pasara. Nunca me había sentido tan bien con alguien…- dijo Nicole sonrojada.
-¿Te gusta Iker?- pregunté yo asombrada.
-Podría decirse que sí. Aunque no lo conozco de mucho… Bueno cambiando de tema, ¿qué tal tu noche con Marcos?- le preguntó a Margot, que se sonrojó.
-Pues…Me llevó a la habitación de Allison, lo más parecido a la suite del hotel de la que le había hablado, y pues bueno… ocurrió
-¿Y cuándo pensabas contármelo? ¡Soy tú hermana!
-Cuando estuvieras en condiciones, estando con Dylan como estabas no era lo más lógico del mundo contártelo.
Seguimos hablando un rato más, distrayéndonos, hasta que por fin los chicos llegaron.

jueves, 13 de enero de 2011

Elección Capítulo 28

Me mantuve hay llorando hasta que ya no me podían salir más lágrimas. Alguien dio dos toques en la puerta del baño, pero no esperó respuesta, era Dylan.
-Allison, por favor…- dijo con voz suplicante, me costaba mucho resistirme, pero no contesté.-Si no me vas a escuchar al menos déjame que te pase el desayuno, le acabamos de coger de la habitación.
-No tengo hambre.
-Tienes que comer.- dijo insistiendo, abrió la puerta con una bandeja de la mano. Yo le miré solo un instante, lo suficiente para ver su cara descompuesta, y él para ver mi rostro bañado en lágrimas, luego apoyé la cabeza en mis rodillas y la giré al lado contrario. Dejó la bandeja justo a mi lado. Me fue a tocar la mano que abrazaba mis rodillas, pero yo me aparte. Seguía cabreada con él, ¿cuánto tiempo me habrá estado engañando con ella? No lo sabía, pero con solo la idea de pensarlo me dolía el corazón.
-Come algo, pronto habrá que bajar. Y yo…- pero se cortó en medio de la frase cuando supo que no quería escucharle, y salió del baño, cerrándome la puerta.
La verdad es que no tenía ninguna hambre, así que aparté la bandeja de comida a un lado y seguí allí. Al poco tiempo sonó el brazalete, dónde volvía a poner que bajáramos. Emily debió de esperarme, pero de ver que no bajaba entró en el baño.
-Vamos, tienen que hacer el recuento y tenemos que entrenar.
-No quiero bajar.
-¿Todavía sigues con eso? No puede durarte eternamente, dale una segunda oportunidad, se lo merece, está destrozado, en serio que no fue su…
-No quiero escucharlo ¿vale? NO, ¿para que? ¿Para que me cuente una mentira? ¿O que si es la verdad me duela más de lo que me duele ahora? Para eso prefiero no saber nada.
-¿Pero que te pasa? No piensas con claridad, por favor, le has visto la cara, has visto como está, ¿de verdad no te da pena?- Y hay me volvieron a salir las lágrimas.
-¿Tú no sabes lo duro que es esto para mi verdad? Me mata verle así, le quiero demasiado.
-¿Entonces? ¿Por qué le haces sufrir de esa forma?
-Y él a mi ¡qué?
-No fue…- entonces se acordó de mis palabras anteriores, y de que no quería escucharlo, fuera lo que fuera, ahora no.- Baja.
Y entonces salió del baño y yo me quedé allí, pensando en lo ocurrido, en el daño que nos estábamos haciendo mutuamente
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Salí de la habitación y bajé tarde al recuento de todos los días, me preguntaba si se darían cuenta de la ausencia de Allison. Dylan estaba allí, al lado de Margot y Marcos, que eran los que más alejados estaban de Scarlet. En cuanto oyó los pasos miró hacia mi dirección, esperanzado, pero en cuanto vio que no estaba allí conmigo volvió la tristeza a su rostro.
-No quiere bajar.- dije lo más bajito que pude, ya que Diego estaba empezando el recuento.
-¿Crees que se darán cuenta?
-No lo se, ¿has podido hablar algo más con ella?
-Está confusa, espérate unos días a que se la pase.
-Es que me duele que no me quiera escuchar, que no quiera saber mi versión, que no crea en mí.
-No es eso, ella ya me lo ha explicado, se piensa que la vas a mentir, o que la va a doler demasiado la verdad, así que se limita a sacar sus propias conclusiones del asunto, y ahora se piensa que la has estado engañando con ella desde que estamos aquí.
-¿Qué?- dijo alarmado- ¿De dónde saca eso?
-La dije que tú no esperabas su visita, y ella pensó eso.
-Vamos, que no confía en mi…- dijo con tristeza.
-Tú solo espera a que se la pase, será cuestión de días, pero no dejes de insistir.
-No deja ni que me acerque Emily.- y en ese momento escuchamos lo que nos temíamos.
-¿Dónde está Allison?- preguntó Diego, al parecer no se le escapaba ni una.
-Está arriba, no quiere bajar, lo e intentado pero no quiere.- respondí yo, e inmediatamente todo el mundo me miraba.
-Pues que vaya otro a por ella, pero tiene que bajar.
-Voy yo.- dijo Margot, Diego asintió y ella subió las escaleras.
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Pasado un rato después de irse Emily oí unos pasos que se acercaban al baño, era Margot.
-Hola.- me saludó.
-Hola.- la contesté con la voz todavía tomada por las lágrimas.
-¿Qué tal?
-Mal.- se sentó a mi lado en el suelo para hacerme compañía.
-Cuéntame que a pasado, aunque más o menos he escuchado por ahí abajo algo.
-Ayer, vine a la habitación cuando os dejé solos, iba a darle una sorpresa a Dylan, y…me le encontré besando a Scarlet.
-¿Eso es todo?
-¿Te parece poco?
-Pues sí
-¿Qué?
-¿Hace falta que te recuerde, que a ti te besó Alan? A, ya lo he hecho, por si no te acordabas.- y yo me quedé en silencio, escuchándola, no me había parado a recordar aquello.- ¿Tú crees que a Dylan le sentó bien?
-No.
-Seguramente le sentó igual o peor que a ti, pero el te creyó, desde el primer momento, no dudó que le estuvieras engañando con Alan, aceptó tu explicación.
-Pero… es diferente, se lo conté, él no lo vio.
-No es tan diferente, ¿dudó de ti?
-No.- respondí dándome cuenta de las cosas.
-Tú si lo has hecho, a intentado explicártelo, y ¿así se lo pagas?
-Yo…-y volví a llorar, no solía llorar mucho, pero siempre que me peleo con Dylan lo hago.- No se por que lo hice, le he hecho sufrir, ahora no me va a perdonar.
-Estabas confusa, necesitabas aclararte, por eso he venido yo. Seguro que te perdona ya verás. Él también te hizo sufrir a ti.
-Sí, pero si le hubiera escuchado desde el principio…
-Bueno, ya no hay vuelta atrás, ahora tendrás que escucharle, y él a ti, le debes una explicación .Come algo y bajamos, te esperan.
-No tengo hambre.
-Necesitas comer, ahora vamos a entrenar. Te espero fuera.- miré la comida, esperé un rato para que pareciera que me la había comido y salí.
-¿Has comido ya?
-Sí.- mentí
Bajamos y ya nadie había dentro, así que salimos dónde entrenamos el día anterior, nos estaban esperando.
-Gracias Margot.- le dijo Diego.- ¿Y a ti que te ocurría?
-No me encontraba bien. – Y en ese momento Dylan me miró de reojo, esperando ver en mi cara la tristeza, el rechazo.
-¿Te encuentras mejor?
-Sí.- y entonces ya Dylan si que me miró a los ojos, esperanzado, y yo no aparté su mirada, intentando disculparme con ella.
-Bueno pues Allison, tú lucharás con Scarlet, Margot con Annie.- ¿Qué? ¿Con Scarlet? Fui hacia dónde estaba ella, que estaba lanzado besitos al aire a Dylan, sin que nadie más que yo me diera cuenta. Y cuando dio el aviso, me lancé sobre ella, con todo el cabreo que tenía encima. Generalmente los vampiros son más fuertes que los que somos mitad humanos, pero esa vez la tumbé al cabo de un rato forcejeando. La tumbé varias veces más, ante la mirada incrédula de Diego. Casi había acabado el entrenamiento cuando, en medio de un forcejeo con Scarlet, me empecé a marear a causa de esto me tumbó y Diego dio la señal de que el entrenamiento había finalizado. Me levanté tambaleándome y Margot vino a mi lado, sujetándome un poco.
-¿Estás bien?
-Sí, es solo que el entrenamiento ha sido muy duro.- dije soltándome, intentando andar sin tambalearme.
-Para mi tampoco a sido tan difícil. Pero no veo a Annie como enemiga.
-Yo a Scarlet sí.
-Es fácil. ¿Vas ha hablar con Dylan?
-Sí, debo hacerlo.- pero a cada paso que daba me encontraba peor todavía, hasta que finalmente, perdí el conocimiento.

lunes, 10 de enero de 2011

Elección Capítulo 27

-Hola.-dije nada más llegar
-¡Allison!- dijo mientras me abrazaba.- Casi no te e visto desde que llevo aquí.
-Nos tienen bastante separados a todos, ¿conoces a alguien de tú habitación?
-Elisabeth está conmigo, ¿y contigo?
-Iker, estamos solos en esa habitación, somos los únicos.
-Que suerte, cuando somos tantos no hay nada de privacidad, y el espacio se queda pequeño.
Estuvimos un rato más hablando hasta que Marcos llegó y me fui para dejarlos a solas, y subir a la habitación de Dylan.
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Alguien llegó por detrás cuando Allison se fue y me tapó los ojos con una mano. Podía reconocer ese tacto. Cogió mi mano y me levantó.
-¿Dónde vamos?- le pregunté.
-Es una sorpresa.
-Así que me quieres dejar con la duda…
-Enseguida sabrás lo que es.
Subimos las escaleras que llevaban a las habitaciones, me giró un par de veces para que no supiera donde me encontraba y luego me siguió guiando.
-Bueno, ya hemos llegado.- dijo quitándome la mano de los ojos.- No es la suite del hotel que querías, pero teniendo en cuenta dónde estamos se le acerca bastante.
-Con que estuvieras tú me bastaba.- dije observando la habitación, las horas libres habían pasado y nosotros estábamos completamente solos. Entonces caí en la cuenta de cual era la única habitación en la que había dos personas.-Es la habitación de Allison.
-Sí, ella e Iker me la prestaron, a cambio les dejé mi cama, Allison va a dormir en la de Dylan.
-Así que estará encantada.
-Exacto.
-Pues entonces voy a disfrutar de mi sorpresa…- dije besándole, ese beso que hizo que la ropa acabara en el suelo. Ese beso que nos llevó a algo más.
-------------------------------------------------------------------------------
Subí a la habitación y abrí la puerta. Vi a Iker a Emily y a unas doce personas más que yo no conocía. Pero entre esa multitud de gente, lo divisé, no como me hubiera gustado verlo. Allí estaba él, besándose con Scarlet. En ese momento sentí rabia, y sobretodo tristeza. Fue solo un instante, pero un instante que me hizo perder la confianza, que me hizo derrumbarme. Y no pude hacer otra cosa que ir corriendo, con lágrimas en los ojos, a la puerta del final de esa habitación, dónde probablemente no hubiera nadie, dónde no tendría que verme nadie llorar. Me senté en el suelo, con la cara entre las manos, llorando un buen rato, mientras que escuchaba inconscientemente lo que sucedía en la sala.
-Tengo que ir a explicárselo, no es lo que ella piensa.
-¿Crees que va a querer escucharte?-paró un instante y siguió.-Escucha, está llorando.- dijo Emily.- Mira, no dudo de ti, te creo, pero ella no te creerá con la misma rapidez.
-¿Y que puedo hacer?
-Déjame que vaya a hablar con ella, ahora saldré, no creo que quiera salir con toda esta gente fuera, así que diles que se metan en sus camas hasta que pase esto. Y de paso di algo a esa zorra.
-Está bien.- dijo Dylan.
En ese momento entró Emily al baño, y me vio allí llorando, se sentó a mi lado, y yo no pude hacer otra cosa que abrazarla y seguir llorando.
-¿Vas a escucharle?
-No…
-Enserio no es lo que tú piensas.
-¿Entonces que es? ¿Le veo besándose con otra y no es lo que yo pienso?
-Él no sabía que vendrías hoy.
-¿Entonces me ha estado engañando todo este tiempo?
-No es eso lo que quería decir… No pasa nada entre ellos Allison.
-Eso es lo que me quieres hacer pensar.
-Venga, ven tienes que descansar, no puedes encajar las cosas bien, tienes sueño. Esta noche dormirás en mi cama ¿vale?
Yo asentí y salimos del baño. Dylan estaba diciendo a las últimas personas que quedaban fuera que entraran en sus “habitaciones” que es como llamaban ellos al espacio de sus camas delimitado por cortinas que daban una ligera privacidad. Por suerte la cama de Emily estaba cerca del baño. Entramos, me tumbé en su cama y cerró la cortina que había enfrente, porque las de los lados ya estaban echadas.
-Venga descansa ¿vale? Mañana lo verás todo más claro.
Salió de la habitación y cerró la cortina. Y yo me dormí, soñando con la tarde pasada con Dylan, con ese beso interrumpido, y con él besándose con Scarlet.
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Salí de la habitación dejando dormir a Allison y me fui ha hablar con Dylan.
-No quiere escucharte, espérate a que descanse, ahora mismo está muy impactada.
-La e cagado…-dijo Dylan
-No has sido tú, ha sido la arpía esa.- le traquilicé
-¡Tengo nombre!-dijo Scarlet.
-Te pega más arpía o zorra que es lo que eres, ¿te parece bonito lo que has hecho?
-Sí, ya era hora de que se diera cuenta de que no merece a alguien como Dylan.
-Probablemente sea así, no merece alguien como yo… Merece algo mejor.
-No digas tonterías.-le dije
-Claro, que no te merece, merece algo mucho peor, como lo que es ella.
-No te consiento que te metas con ella.- dijo Dylan enfrentándose a Scarlet
-Seguro que te ha gustado el beso y estás feliz de poder quitártela de encima.
-¿Pero tú eres idiota?- dije ya estallando.- Mira que cara de felicidad tiene, anda ¿porque no te vas a venderte a otro que te pague por tus servicios putilla?
-No te consiento que me trates de esa forma.- me dijo agarrándome por el brazo.
-Ni yo que me toques, no me pongas una mano encima porque vas a acabar mal.- dije soltándome de su mano. Pero en ese momento apareció Iker intentando calmar las cosas.
-Chicas calma ¿vale? Allison se despertará como sigáis así, iros a vuestras camas y tranquilizaros.
-Tranquilo, ya nos vamos, vete a dormir tú, que eres el único que necesita descansar aquí.- le dijo Dylan
Dylan se fue a su habitación y se tumbó en la cama, Scarlet se fue a la suya y sacó una lima de debajo de la cama y yo me fui a la mía y me senté en el suelo, viendo como Allison dormía. Por la mañana noté una sombra en mi cortina, sabía quien era.
-¿Esperando a que despierte?
-Sí.
-No creo que quiera escucharte, pero lo puedes intentar.- Y abrí la cortina para dejarle pasar.
-No se que puedo hacer para que me crea.
-La quieres mucho ¿no?
-Muchísimo, y me duele que esté así por mi y sin poder hacer nada porque no me quiere escuchar
-Tú verás lo que haces, yo me voy, os dejo a solas un rato.
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Me desperté en la cama de Emily, con las lágrimas secas en mi rostro. Abrí los ojos y allí estaba Dylan, mirándome. Inmediatamente giré la cara.
-Vete, no te quiero ver.
-Por favor escúchame…
-No, vete.
-Da la casualidad de que esta es mi habitación, y Emily me a dejado pasar, así que no puedes pedirme eso.
-Pues me voy yo.- me levanté para ir al baño, pero él me sujeto del brazo.
-Suéltame.
-No, tan solo escúchame ¿vale?- podía ser más fuerte que yo, pero el no quería hacerme daño, así que aproveché la poca fuerza que ejercía sobre mi brazo para soltarme, me fui al baño, y me volví a sentar en el suelo, llorando otra vez.

domingo, 9 de enero de 2011

Elección Capítulo 26

-Bien, todo solucionado, haremos dos grupos, los nuevos venir conmigo, el resto ya sabéis lo que tenéis que hacer.
Seguimos a Diego, que se metió por una puerta hacia el exterior, me dio ciertas esperanzas, intentar escapar pasando desapercibidos, pero era imposible, había vallas que lo impedían.
-Todas las mañanas vendréis aquí a entrenar entre vosotros. Luchareis y aprenderéis a defenderos, de momento hoy no os junto con el resto, mañana ellos vendrán también aquí. Es importante que luchéis entre iguales, que seáis lo mismo, cuando se decida lo contrario se avisará. Haré las parejas yo hoy.
Y entonces nos fue emparejando, y a mi me tocó con Iker, el único que había como yo. Diego cogió a su hermano para hacerle una demostración de cómo los magos deben de luchar, y nos lo explico a los demás. Técnicamente con los que no teníamos poderes ser reducía a lo mismo, puramente físico. Dio la orden, y por muy raro que me pareciera, tenía que luchar con Iker. Se lanzó sobre mi, me tumbó y puso sus manos en mi cabeza, sin llegar ha hacer el movimiento que me mataría definitivamente.
-Muy bien.- lo felicitó Diego.
Iker me tumbó varias veces, y una vez dejó que yo le tumbara, después de mucha pelea, para que Diego lo viera, y también me dio su aprobación. Al acabar el entrenamiento, ya agotados algunos, subimos a nuestras habitaciones a por la comida. Esta vez no teníamos la bolsa de sangre. De comer había una ensalada, un filete medio crudo y una manzana. Estaba hambrienta por haber compartido el desayuno con Annie esa mañana, así que terminé enseguida. En cuanto terminé me duché y baje, ahora teníamos unas cuantas horas libres para hacer lo que quisiéramos. Habíamos quedado todos fuera, en la puerta de entrada, estábamos artos de estar dentro, y nos dejaban estar fuera solo por esas enormes vallas que nos impedían salir. Salí y ya estaba allí Dylan, el primero de todos, que sonrió al verme. Corrí hasta él, le abracé y le besé.
-No llevarás mucho tiempo esperando.
-Solo un rato, sabía que bajarías pronto.
Poco a poco fue viniendo la gente, y nos sentamos en el suelo ha hablar.
-¿Ya habéis encontrado el modo de salir de aquí?- preguntó Margot.
-No, esas vallas no creo que sean tan fáciles de pasar, tienen un encantamiento o algo. Probablemente haya sido mi hermano, no creo que esté aquí por gusto.- dijo Alan.
-El mismo que me mató ¿no? Si no estuviera aquí por gusto no me hubiera matado.
-No se lo tomes a mal, seguro que sabía lo que eras, y aprovechó para quitar el collar a Allison.
-No lo sabía, cuando me llevó agarrada del brazo de la habitación me llevo a una sala, me hicieron unas pruebas, y me dijeron que era inmortal. Él se sorprendió demasiado como para saberlo.
Ante eso Alan no pudo defender más a su hermano, quizás no fuera como él se pensaba. Al rato, Margot y Marcos se fueron, no habían estado juntos desde que habían llegado aquí.
-Iros vosotros también, no nos molesta.
-Pero…
-Nada de peros.- dijo Emily levantándonos y empujándonos para que nos fuéramos.- Pasároslo bien.
-¿Dónde quieres que vayamos?-dijo Dylan cuando nos hubimos alejado.
-Pues… No se, ¿qué tal algún sitio donde estemos solos?
-Suena bien…
No teníamos ganas de irnos dentro del edificio, ya pasábamos demasiadas horas allí, pero cerca de la valla encontramos unos matorrales con un enorme árbol, dónde podíamos ocultarnos y estar solos. Había más por todo el recinto, y al parecer la mayoría ocupados. Dylan se tumbó, apoyándose en un tronco del árbol, y yo apoyé mi cabeza en su pecho mientras él acariciaba mi pelo.
-Esto es bonito, a pesar de que esto sea como una cárcel.- le susurré mirando el cielo.
-Eso es porque estás tú aquí.
-Creo que es al revés, todavía no lo he olvidado.
-¿Qué no has olvidado?
-Que me quieres, pero parece que tú si lo has olvidado…-dije simulando enfurruñarme.
-¿Cómo lo iba a olvidar? Pienso en ello constantemente.
-¿Entonces porque ahora no te acordabas? Porque no pensabas en ello, entonces ya no es constantemente.
-Porque no sabía a lo que te referías. Pero si que pensaba en ello.
-Claro…-dije incorporándome.
-Venga no te enfades.- dijo mientras comenzaba a besarme por el cuello, subiendo mientras me giraba y me tumbaba en el suelo.
-No es justo, no puedo mantener el control si haces eso.
-Pues no lo mantengas…- dijo esta vez alcanzando mis labios, dándome un beso tierno y suave, que yo seguí a la vez que se hacía más urgente y apasionado. Pero ese momento se vio interrumpido.
-Uiis lo siento…No quería interrumpir- dijo Marcos girándose.
-Que oportuno….-Dijo Dylan, mientras nos incorporábamos, molesto por la interrupción.
-¿Qué querías?- le pregunté
-¿Puedo hablar contigo un momento? A solas.
-Vale, ya me voy, de no ser porque sé que tienes novia empezaría a pensar raro.
-Dylan…
-Venga no te preocupes, estaba de broma, luego nos vemos.- dijo despidiéndose de mi con un beso rápido. Cuándo Marcos se aseguró que no estaba escuchando, empezó ha hablar.
-Bueno, quería pedirte un favor… ¿Me dejas prestada tú habitación esta noche? Es que es la única que tiene menos gente, y me gustaría darla una sorpresa a tú hermana.
-Por mi estupendo, toda tuya, pero se lo tendrías que decir a Iker… y ¿dónde dormiremos nosotros?
-Ya se lo dije, y también me dijo que sí, y había pensado que estuvierais en mi habitación, aunque nadie usa las camas nada más que para tumbarse, yo tengo una libre, y tú pues no se, podrías usar la de Dylan.- Esto hizo que la idea fuera aún mejor.
-Estupendo, ¿y por eso no querías que lo oyera?
-Puede ser una sorpresa para él también, no para de quejarse de la suerte que tiene Iker por poder compartir habitación contigo, por eso pensé que era mejor no decírselo.
-Eres genial.- dije abrazándole.- mi hermana a tenido mucha suerte.
-Tú si que eres estupenda, e Iker, no pensé que estuvierais de acuerdo los dos. Bueno, en la habitación no vais a tener mucha privacidad, las camas están ligeramente separadas por mantas, no se puede pedir más.
-No pasa nada, lo importante es que le des esa sorpresa a Margot, así aprovecharé y pasaré más tiempo con Dylan.
-¿Puedes entretener a Margot mientras preparo las cosas?
-Claro, ¿dónde está?
-En los arbustos de enfrente.
-Perfecto voy para allí.
Me despedí de Marcos y fui a entretener a Margot, tal y como me había dicho.

lunes, 3 de enero de 2011

Concurso 30.000 visitas mi sueño en papel!

Bueno pues aquí os dejo un concurso en el que estoy participando que hace María Orgaz:
http://marru86.blogspot.com/2010/12/hola-tods-como-lo-prometido-es-deuda.html
Espero que participeis y leais sus relatos, porque de verdad merece la pena leerlos.

domingo, 2 de enero de 2011

Elección Capítulo 25

Lloramos desconsolados sobre su cuerpo durante un rato. ¿Qué haríamos ahora con su cadáver? Nos preguntábamos, pero no sabíamos que hacer. Pasado un rato, empezamos a notar como ella se movía, pensábamos que eran imaginaciones nuestras a causa de la desesperación, pero lo creímos cuando vimos sus ojos abrirse.
-¿Annie?- preguntamos.
-¿Qué a pasado? Ese chico me clavó algo y…
-Pensábamos que habías muerto.
-De hecho estuvo un rato muerta.- dice Alan.
-¿Qué?
-Tenemos que decírselo a Diego.
-¿Y tú sabes donde está?- le preguntó Zoe.
-No, ¿qué podemos hacer?
-Esperar, seguro que al final alguien baja.
-Allison nos quedamos nosotros, tú dúchate y cámbiate de ropa.- me dijo Zoe, enseguida comprendí el por qué. No solo tenía las manos llenas de sangre, si no que toda mi ropa también estaba empapada.
-Y… ¿dónde hay baños? ¿Y la ropa?
-Antes, cuando e despertado e visto una puerta al fondo de la habitación donde estaba. Me e levantado y e visto un baño, pequeño pero sirve. Y la ropa, creo que tenemos una maleta debajo de cada cama con ropa. Pretenden quedar bien con eso, para que nuestra estancia sea mejor, pero todos sabemos que por eso no va a serlo.- dijo Zoe.
-Está bien…Subiré, bajo enseguida.
Subí las largas escaleras, giré a la izquierda y fui a la 2º puerta. Tal y como me había dicho Zoe, al fondo había una puerta. Me agaché y miré debajo de la cama, allí había una maleta. Buscando, descubrí que era mi ropa, mientras que algunos estaban luchando con nosotros, otros se habrían encargado de cogernos ropa. Cogí lo primero que vi y me metí en una de las duchas. Había 6 duchas en total, separadas por muros y cortinas. Demasiado teniendo en cuenta que en esta habitación solo estábamos Iker y yo. Salí y me sequé con una toalla que encontré en un rincón. Me vestí, me peiné y me sequé un poco el pelo con la toalla. Bajé a dónde estaban los otros, que seguían allí, pero ya de pie.
-¿Y tú hermano?- pregunté a Alan cuando bajé.
-Ni idea, pero ya es tarde, seguramente esté durmiendo.
-¿Y que hacemos ahora?- preguntó Zoe.
-En mi habitación hay camas de sobra, hasta que mañana encontremos una solución puede quedarse a dormir allí.- propuse.
-Vale, pues entonces que se quede allí, mañana veremos haber que hacemos.
Nos fuimos cada uno a la habitación que nos había tocado, y Annie se vino conmigo y con Iker.
-Allí hay duchas, y seguramente también hayan traído tu maleta, pero como no sabemos dónde está ponte algo mío.- Me agaché, busqué en la maleta y la tendí algo que podría servirla.- Toma.
Se fue al baño y cuando volvió todos nos fuimos a dormir, esperando que esto solo fuera una pesadilla, y que al día siguiente todo desapareciera.

Me desperté por un extraño ruido de pisadas. Probablemente no lo hubiera oído en circunstancias normales, pero ya no tenía el collar. Abrí los ojos y comprobé como los demás seguían dormidos, y seguíamos en aquella habitación, no era una pesadilla. Miré al suelo, y vi dos bandejas. Llevaban el desayuno y una bolsita de hospital con sangre. A los pocos segundos Iker y Annie estaban ya despiertos.
-Buenos días.-dijeron a la vez.
-Buenos días.-respondí- Parece que nos han traído el desayuno.
Me levanté y fui a por las bandejas, tendí una a Iker, y yo me quedé con la otra. Había un vaso de leche, uno de zumo, un paquete de galletas y una magdalena además de la bolsa de sangre.
-Lo compartiré contigo.- le dije a Annie dándola las galletas y la leche.
-Gracias.- dijo.
Me comí lo que me quedaba y me quedé mirando la bolsa de sangre. Iker se dio cuenta de esto y me preguntó.
-¿No te la bebes?- comprobé como la suya ya estaba vacía.
-Yo… no se lo que hacer.
-Si no te la bebes, te sentirás más débil, perderás parte de tus poderes vampíricos, y probablemente al final mueras. Hay gente que dice que al final, al no ser del todo vampiro aprendes a sobrevivir sin la sangre, como puedes sobrevivir tú con el collar. En cambio, si te la bebes, te sentirás más fuerte y serías casi un vampiro, porque siempre tendrás esa parte humana que te impedirá serlo del todo.
Así que tras estas palabras cogí la bolsa de sangre y me la bebí, sin pensar en las consecuencias ni en nada, solo en el sabor tan delicioso que tenía al bajar por mi garganta. La terminé y dejé mi bandeja en un rincón. No tuvimos mucho tiempo para preguntarnos que hacer, porque el brazalete empezó a pitar. Era como una especie de busca para tenernos controlados. Miré y vi la palabra “Bajar” escrita en él. Así que así hicimos. Bajamos dónde Annie había el día anterior sido apuñalada. Ya estaba lleno de gente, y esta vez, el hombre no estaba allí, solo Diego. Permanecimos todos en silencio mientras él hacía el recuento. Cuando parecía que había terminado, vino hacía nosotros y agarró del brazo a Annie.
-Yo te maté, ¿qué haces aquí? Vosotros habéis tenido algo que ver.- dijo señalándonos con la mirada.
En ese momento, Alan apareció por la espalda de su hermano.
-De hecho la mataste, y no, no hemos tenido nada que ver, creo que no es simplemente humana, deberías asegurarte.
-¿Y que pintas tú en todo esto hermanito?
-Tú sabrás, eres el que me trajo aquí.
-Solucionaré esto, enseguida vuelvo, no os mováis de aquí.-dijo llevándose a Annie del brazo.
La gente empezó a moverse, para reunirse con otros, pero no salían de esa sala. Entonces Dylan me divisó, vio hacia a mi y me abrazó.
-¿Qué tal?- me preguntó.
-Bien, esta mañana nos han dado el desayuno con una bolsa de sangre.
-¿Y te la bebiste?
-Sí, no podía hacer otra cosa. ¿Y tú que tal?
-Bien, echándote de menos, cuando uno no duerme, tiene más tiempo para pensar.- dijo sonriéndome.- ¿Y como es que Annie está viva?
-No se, ayer cuando la dábamos por muerta, abrió los ojos, durmió en mi habitación, hay camas de sobra porque solo somos dos.
-En la mía somos demasiados, parece que es de las habitaciones con más gente que hay.
Pero este momento se vio interrumpido al llegar a nuestro lado una chica rubia, de ojos azules y alta. Era increíblemente bella como las típicas modelos de televisión.
-Hola Dylan.- le saludó.
-Hola Scarlet…
-¿No nos vas a presentar?- le preguntó.
-Por supuesto.-dijo esta vez con una sonrisa.- Allison, esta es Scarlet, una de mis compañeras de habitación. Scarlet, esta es Allison, mi novia.- dijo apretándome contra él. Scarlet puso cara de fastidio ante esas dos últimas palabras. Ella quizás hubiera cambiado la última.
-No me habías dicho que tenías novia.
-No surgió.
-Bueno, luego nos vemos Dylan, que hoy toca entrenar.- dijo alejándose de nosotros.
-¿Entrenar?- le pregunté
-Sí, me ha dicho que todas las mañanas entrenan para pelear.
-¿Cuánto tiempo lleva aquí?
-Unos meses, la trajeron de forma similar a nosotros, ella todavía era humana cuando vino, la transformaron al llegar para que fuera útil. Intentó escapar, pero dice que es imposible.
-Menudas esperanzas…
-Seguro que saldremos de aquí, ya verás.
Al cabo de un rato volvió Diego con Annie de nuevo, pero esta vez no la llevaba agarrada del brazo.

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